Los afectos nos impiden emprender grandes empresas, nos atan a un
lugar de la tierra, si no físicamente, sí en espíritu. Y después, al final,
la vida ha terminado y no hemos realizado ninguna de aquellas grandes
cosas que nuestra imaginación en algún momento nos había llevado
a suponer que haríamos.
©Gustavo Bonelli V.
Todos los derechos reservados
~
Comentarios
Publicar un comentario