Yo me hundo en tu noche de pesares
que recuerda un ayer infantil en tus brazos...
yo me acuesto junto a ti y te recuerdo
con tardes de silencio y de llanto contenido
Yo soy tu memoria, tu risa y tu fortaleza,
tu alma y tus grandes honduras.
Soy tu corazón que aún no muere
tus ansias y tus fastidios.
Yo soy tu caballo que un ocaso de estío forjaste,
soy tu circo de hule que una vez me hiciste
y tu lamento en tu ausencia contenida.
Soy tu aurora y los miedos a ofenderte
soy un domingo cualquiera frente a tu puerta
y una sorpresa de niño engolosinado inocente.
Soy tu memoria viva y no sé cómo enfrentarte
porque tú eres fiel a tu ser y yo fiel al mío,
pero nos encontramos en el ayer tan bello
en ese antaño en que jugábamos con papel
frente a esa brisa de un estío que no era
en un bosque tan lleno de ti y tan lleno de mí.
Soy una presencia constante frente a animales
a fuentes, a músicas tan claras y divinas.
Y en esta hora de dolor, te siento y me arrepiento
me echo a la espalda, toda la carga de tu pesar.
Porque fuiste pleno, espléndido y bello, y yo...
yo nada más que un perro burdo que apenas
supo entender la grandeza de tus labios...
©Gustavo Bonelli V.
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