Anoche te soñé
y eras tú otra vez
tú que me mirabas
desde tu retrato de antaño.
Anoche fuiste uno en mi mundo
comiste de tu plato y no te fuiste.
Anoche las hormigas deambulaban
los grillos nuevos cantaban...
Anoche fuiste un palo cantarín
una idea cándida, recóndita
anoche te sentí tan claro todavía.
Anoche te marchaste tarde
no te fuiste tan callado
anoche parloteaste y parloteaste
hasta hinchados ya, cansarnos.
Anoche no dijiste: ¡basta ya!
Fuiste muy claro y contundente.
Anoche no trajiste mieles claras,
anoche con tus llaves no me diste.
Anoche fue el fin de un día mágico...
Entonces comprendí que había regresado
al Jardín de las Delicias ese mago,
ese sabio cantarín... ¡ese prodigio!
Por Gustavo Bonelli Vásquez
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