esperé ver un rostro mejorado, mas,
¡ay! sólo encontré a un esperpento
¡ peor aún que su propia careta !
Es que su belleza no brilla hacia adentro
Es la viva imagen de un ser arruinado
por la propia maldad de sus primeros años.
Esa bruja emética dominó un tiempo mi vida,
la calibró a su antojo y trató de ganarla;
mas yo callado aguardé el momento
de dar el estoque final a tan fatídica parca.
Ese ser que sólo respira odio y rencores
no es más que un ente lleno de tormento.
Ese espectro que sólo se ufana del deseo
no tiene en sí la llama divina del amor.
Por eso su alma es negra y su revestimiento,
aún más negro -con perdón del azabache-.
Por eso sus miradas de llaga laceran al mancebo
que es puro y noble, tan lejos de fatídicos cuencos ...
Mas yo, cual avisado Perseo con blandiente espada,
arrancar pude la pútrida cabeza de semejante escoria.
Destrozar su soberbia logré, al matar sus ofidios capilares
Matar su maldad me fue posible y así ganarle la partida...
Sí, ...su mirada no traspasó mi luciente humanidad
y al final alcancé con su desdichada cabeza, dar muerte
a titán enloquecido, a desdichado nauseabundo kraken
a esa criatura sórdida que no era más que su triste corazón!
Por Gustavo Bonelli
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