Donde se esconde el sol, principia el ocaso
donde comienza la alborada, aparece tu mirada
y tus pupilas me siguen en un continuo andar por los campos
eres tú, con tu traje de miel, encontrándome a solas.
Cuando en las tardes de Europa me tiendes tu mano
mis recuerdos no tiñen de negros augurios
mis condenas no asaltan cual negros sicarios
antes bien se amontona la dicha y la calma en tus labios.
La noche negra ya acecha con su manto azabache
y tu tierno mirar acompasa mi suave y lento deleite
eres tú a quien yo quiero, por ser como eres
eres tú quien yo juzgo mi musa, mi diosa y princesa.
Las almendras caen raudas del viejo árbol yermo
Las encinas expulsan sus últimas bellotas
mas tú adormecida me dices dichosa:
amor mío despierta, es abril!... no quiero que duermas!
Fresca y lozana apareciste en mi vida
Dulce y augusta acompañaste mis días
no quiero perderte… oh dulce deleite
eres un sol en mi vida... una diosa, una gloria, un convite!
©Gustavo Bonelli V.
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