ECOS DE UNA HISTORIA SIN FINAL


Tú, presencia constante
mil palabras no dichas...
cascabeles rotos,... por la emoción.
Aunque ni hablas ni te comunicas
mil voces siento escuchar en mi ser
son los ecos de tu risa y de tu rubor...
Y es que aún tienes mucho que darme
aún tengo mil cálices que apurar
a tu lado, en tu lecho divino...
Aún la aurora espéranos prístina
burbujeante, efervescente, desafiante
y mi pecho ha de ser tu almohada... una vez más.
Aún tu boca buscará mi boca
una tarde sombría y deseable
aún tus manos buscarán prestas las mías...
Y es que lo nuestro aún fondo no toca,
aguárdanos sueños juntos, claros y bellos
y también simas extremas de llantos extremos.
Y es que esta historia: la tuya,... la mía
dista mucho de haber acabado...
viviremos aún capítulos mil, bajo tu piel y la mía!

©Gustavo Bonelli V.
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