Podría esta tarde alegrarme con tu recuerdo
o tal vez engullir aquel plato amargo del adiós.
Podría evocar mis manos bajo tus caderas tibias
o bailar aquel vals frente a encortinadas salas del ayer.
Quizá la verde alborada nos coja a ambos aún perplejos.
Tal vez nuestros duelos se junten aún en un suave beso...
Mas lo vivido junto a ti, queda, queda y es sólo eso:
Un enjambre de trazos misteriosos y de anhelos renegridos...
©Gustavo Bonelli V.
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