ESA TARDE


Esa tarde conversamos
y como de costumbre,
me quedé dormido en tu regazo.
En la quietud y lasitud vespertinas
se avivó en mí tu recuerdo, tu mirada.
y se mezclaba la dulzura de la tarde
con el dolor de tu partida.
Supiste hacerme feliz y yo lloraba
supiste darme "eso" tan divino
lo hiciste de cartón y pedazos de papel
y yo los acogí con tanto amor,
con la ilusión de un niño enamorado.
Supiste ser tú en un instante y siempre
y encadenaste mi corazón al tuyo.
Supiste acogerme fuera de tu vientre,
pensando en colmarme con tus besos.
Por eso hoy mi alma no casa con el sino
cruel que te deparó el destino.
No quiere hacerse cargo de tu duelo,
no quiere que le hablen de tu muerte.
Por eso mi ser en mil te quieros se aparcó
y en un abrazo tuyo se fundió por siempre.
enjugando una lágrima tuya de valiente.
Por eso y por mucho más, mi ser no te da tregua;
porque fue engañado por la vida traicionera
de tenerte y no tenerte entre mis brazos;
porque fue eludido mil veces por tu mano
y otras mil fue acogido nuevamente
en un te quiero tan divino... y tan distante!

©Gustavo Bonelli Vásquez
Todos los Derechos Reservados

Comentarios