Cual soldado de la ley,
cual paladín de la justicia,
batallas en el aula
frente a un coro de estudiantes
Cual avecilla tierna y pura
que traspone cielos regios,
depositas en tus niños
la semilla del saber
Eres santo en tus quehaceres
ya que instruyes con bondad,
eres fiel a tus deberes
que acometes con severidad
Ante ti maestro se hincan
mis ya trajinadas rodillas,
recordando el ayer de tus desvelos
evocando aquel mundo de emoción
Tu labor no tiene tregua,
tu empeño es persistente.
Afanes idos de estudiante
te recuerdan hoy cual almirante
Palmas y olivos quedan cortos
para engalanar lo que tú vales.
Diplomas y honores son pequeños
ante la majestad de tus beldades
Que Dios en su Gloria te cobije
que su Alma con laureles te compense,
pues lo que tú haces es inmenso
como la vastedad del mar, cuando en ti pienso.
©Gustavo Bonelli V.
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