Una orla que al elevarse atisba
el horizonte extremo de la alegría
Una sonrisa que contagia dicha
Una mirada que nos dice:
No estáis en balde en este mundo.
Un cabello que flamea por los aires
Una mirada que dice: ¡soy libre!
Unos brazos que flanquean en lontananza
Unos pies descalzos que invitan a amarte.
A seguirte con devoción por tus sabios senderos.
Eso eres tú, muchacha fresca y pura,
karma lleno de bienaventuranza y de gozo
de prolífica actividad y de envidiable vitalidad.
Eso eres tú, dulce beldad que invade espacios
que grafica diseños e invita a soñarte despierto.
Yo tuve la suerte de atisbar esa recóndita paz
que se esconde en los entretelones de tu ser.
Será que mi optimismo me domina al contemplarte
o tal vez que tu luz proyecta y a la vez esconde...
Sólo sé que en tu huerto crecen las uvas
y que no hay vulpeja que las pueda alcanzar.
©Gustavo Bonelli V.
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