Tu recuerdo... una luz al final del túnel
del túnel de mi vida oscuro e infecundo
Tus bellos hipeos de niño y nene adusto
son llamas calcinantes en mi ser.
Y las tiernas caricias de tus manos
fuegos quejumbrosos en mi faz
que te buscan incesante y no te ven
en las mañanas frescas de tu vida
Los recuerdos me carcomen y me dañan
tus ecos lacerantes no acompañan
mis hirientes trazos de hombre ya maduro
mis supremos desvaríos de elefante herido.
Y vienes cual ciclón amenazante y loco
cual si fueras una hiena que no come
a devorarme cruel y mala mis entrañas
a saciarte con mi llanto y desconsuelo
No vienes, no me buscas, no te importo.
De qué vale ser el dios de tu ser si no me anhelas
De qué valen tus caricias al viento sólo dadas
Sólo apagas los arrestos de mi vida y los arrastras.
De qué vale que me sienta el dueño tuyo
Si en la aurora no me llamas ni me sueñas?
De qué vale que ande como un loco por tu cuerpo
si no fecundo yo tu sexo con mis besos...!
©Gustavo Bonelli V.
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