Sabes que vendrás, así no lo admitas
y te duela...
Deambula tu alma a tu albedrío
y se mecen esperanzas tuyas... fallidas.
Estancado vivo en este dolor tan mío
y no es tuyo, nunca más... lo sé.
Mas aún tienes careta que desvelar:
la careta de tu alma prístina y desnuda.
¡Y qué lejos estás de mí!
Cuando vuelvas ya no estaré.
Tú lo sabes, y te duele.
Te duele el no tener las riendas de la situación...
¡Oh, quedos alientos que aún exhalan fementidos suspiros!
No convencen ni disuaden: son simples corazones dibujados.
Y tú te estancas, cual Cecilia azul bajo su fango sucio.
Te estancas y no avanzas.
... ¡no avanzas ni por ti... menos aún por mí!
©Gustavo Bonelli V.
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