Qué poco duran las promesas en los labios pérfidos y vanos
Cómo se descubre la falacia, tras fementida sonrisa fatua
Y cuánto bien hace descubrir aquello, desvelar los fuegos fatuos.
Tu ruin engaño deja una estela nauseabunda, charco maloliente
alcantarillas putrefactas, morada de una malnacida víbora
que reptando, presurosa marcha emprende, para huir de la Verdad
Inocentes miradas contemplan tu infeliz partida, tu oscura vanidad
Ya no creen más en sordos golpes torpes sobre envilecidos pechos
Ya no claman por volver a ver tu cruel y bestial sonrisa mundana
Así se come la mentira las ilusiones de buen y honrado hombre
Así acaban con las risas y esperanzas de noble doncel mancebo
Así se borra al fin la magia en aquel que alguna vez creyó tan ciego.
©Gustavo Bonelli V.
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