NADIE ME LO DIJO


Nadie me lo dijo antes,
mas tu mirada clavada en la mía
me anunció tu ansiedad de niña,
tu verbo real y misericordioso
Y tu verdemar misterio dialogó con mis ojos
y un enredar en mis mejillas y mis labios presurosos
contuvo en mis anegados ojos la ilusión por tus besos
aquellos tibios besos de ti, niña enamorada...!
Podría esta tarde alegrarme con tu recuerdo
o tal vez engullir aquel plato amargo del adiós
Podría evocar tus manos bajo tus caderas tibias
o bailar aquel vals... frente a encortinadas salas del ayer
Quizá la verde alborada nos coja a ambos aún perplejos
Tal vez nuestros duelos se junten aún en un suave beso
Mas lo vivido junto a ti, queda, queda y es sólo eso:
Un enjambre de trazos misteriosos y de anhelos renegridos...
Cuánto se tarda el alma en buscar esa señal,
que nunca llega.
Cómo cuando llega, todo ya parece vano,
ya inútil....
Cuántas tardes deambula el ser, fatigándose con la nada,
y se pasan...
Así la existencia, sin mayores miserias transcurre,
sin mayores logros.
¡Solo ante la adversidad un anhelo abrigar...!
¡Feliz ante la nada y triste ante el todo...!
Cuántos deseos rotos y cuántos logros satisfechos.

©Gustavo Bonelli V.
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