Tu mirada
perdida en lontananza
recuerdos fallidos
amistades rotas
y ángeles destruidos.
Así se va la gloria
así se va el placer
así decrece la alegría
de años pasados.
Tu sonrisa ya no ríe
en su lugar hay hielo
existe el frío del recelo
la tibieza de quien no conoce.
Tus vanos anhelos te perdieron
y crearon la distancia,
la aprensión de los perdidos.
¡Ay de mí! Quedé rezagado
en la carrera de la vida,
en la maratón de las tinieblas!
¡Ay de mí! ¡No comprendí
que había que dejar de ser niño
y mirar con ojos duros a tu ser!
¡Ay de mí que aún me solazo
en aquel pasado de ensueño y gozo
en ese ayer que pergeñaste en mi alma
cuando aún con ojos prístinos,
mirabas mi deslumbrada humanidad!
Y yo me quiebro, me quiebro,
y otra vez me quedo solo...
Gustavo Bonelli Vásquez
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