Por qué no alcanzo a verte en los confines de la tarde,
si mi alma arrebatada te reclama y mi corazón te llama?...
Por qué no logro conjurar tu tierna voz cuando te pienso,
si los hálitos de mi ser tan solo buscan tus palabras?
Son la soledad de la trastienda y los fuegos fatuos de la noche
la esterilidad de mis desvelos y los crasos yerros de mis pasos
Es la nadería de tu ausencia, la sinrazón de tu nostalgia
Es al fin un potro desbocado que a tientas busca vano establo...
Mis labios secos... hace tiempo que dejaron de anhelarte
y mis ojos ciegos... hace mucho que cesaron de mirarte...
Pero en mi alma siento aun la ambrosia de los que me diste
y en mi corazón conservo fiel el deslumbramiento al contemplarte.
Esos goces no podrás quitármelos lo juro!
Porque tus tatuajes son de hierro
Porque tu mirada pesa mucho...
y porque mi alma al fin y al cabo, tú te la llevaste!
©Gustavo Bonelli V.
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