Soledad en la noche…
no es la soledad poblada de mi juventud
es la certeza de no saberte más mía,
la convicción de tu desamor.
Soledad nocturna,
es la prueba fehaciente de tu vanidad
el testimonio fiel de tu desinterés,
de que la primavera pasó.
Soledad y desolación,
son sustantivos fúnebres llenos de horror
negación del más bello placer,
del sentirse varón sólo para ti.
Es el rechazo rotundo,
la cortapisa ideal para un soñador
la comprobación de que todo aquí se acabó
y de que el yermo llegó.
Soledad que tiñes de ansiedad mis días
en esta existencia tan cruel
sabes bien que en la vida podré
por mujer alguna tan bello sentir.
Eres la ausencia de gozo,
pútrida carencia de todo tu ser
malévola y pérfida estafa de un dios,
¡Si es que éste hay!
Soledad tan llena de nada,
baladíes encuentros con dioses menores
procelosos desgarros de un alma
que sufre y vislumbra su fin
Eres la compañera más fiel de mi vida
en esta nocturnidad de la noche
en esta pereza de vida,
en esta resaca indolora
pero macabra al fin.
Soledad… ausencia total de tu cuerpo,
de tus formas tan bellas
de tu mirada y tu gozo…
de ése tu éxtasis tan lleno de ti…
Es duro saber que no existes ya más en mi vida
pero más duro es saber que tendré
que vivir ya por siempre sin ti.
℗ Por Gustavo Bonelli Vásquez
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