¿Y cómo quieres tú que no te adore
si tu mirada tiene fuego y tus mejillas arrebol?
¿Y cómo a olvidarte me invita tu silencio
si tu belleza no tiene par cuando me miras?
Sabes bien que dominas regio el firmamento
aquel que construimos en el alimón de nuestras risas
Sabes bien que en suave dicha trocas mi tormento
cada vez que se abre dulce y queda tu sonrisa
Eres la belleza de mis días aunque digas ¡no!
pues sabes bien que tu alegría me domina...
¡A ti te canto pues, mi bella niña, a ti mi aliento va
ese aliento que transformas ya en un tierno suspirar!
©Gustavo Bonelli V.
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