Hace frío en mi alma
y dos gotas de dulce caramelo
han brillado en lo oscuro de tus ojos.
Mis turbias arterias ya no cantan
acompasadas por tu aliento
mis venas ya no acogen tus latidos
Hace frío afuera y dentro de mi ser
es una señal, un heraldo
un timón desbocado y loco.
El carcaj de mi existencia ya no sirve
ya no carga más las flechas del deseo
y mi numen va a la deriva apenas atento y sereno.
Ésa es la actitud que reclaman los normales
aparente calma y grotesca rectitud
un par de manos escribiendo la lección.
Hace frío y mi corazón aterido avanza lento
es el frío de la vida, de la sinrazón y de lo absurdo
hace frío y es de noche, se acabaron los paseos.
Y en la magia queda de este triste atardecer
mis pupilas ciegas no distinguen tu silueta
mis oídos sordos no perciben tus andares.
Hace frío en mi alma, en mi ser, en mi todo
es el frío del adiós, de la triste despedida
es la ausencia del deseo, de tu cara y de tu voz...
©Gustavo Bonelli Vásquez
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