Seguiré tus pasos
en la magia calma de la tarde
evocando abriles claros
en los que tu risa danzaba
y tus pies obedecían.
Seguiré tus pasos
murmurando tu belleza
pergeñando tu dulzura
en el texto trasnochado
en el lino acrisolado
que no sabe de pesares ni deleites.
Seguiré tus pasos
arrellanado en mi miseria
espetando cuatro injurias
a la vida que hasta mí te trajo
al devenir de mis jornadas:
ese caldo de agonías que acabó con mi ilusión.
Seguiré tus pasos y al no verte,
el compás de mis latidos tejerá un camino para tus ansiosos pies...
y así caminarás por siempre ante mis ojos.
Gustavo Bonelli Vásquez
Todos los Derechos Reservados
9.2.2018
Comentarios
Publicar un comentario